Un estudio sobre la Cansaladeta confirma que este yacimiento es clave para conocer las poblaciones del valle del Francolí de hace 400.000 años
Un estudio que ha realizado un equipo del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social (IPHES-CERCA) y del Área de Prehistoria de la Universitat Rovira i Virgili (URV) sobre la Cansaladeta (La Riba, Tarragona) confirma que este yacimiento es clave para conocer las poblaciones humanas del valle del Francolí de hace 400.000 años. Así lo avalan los resultados del primer análisis tecnoespacial detallado que se ha llevado a cabo sobre este yacimiento de la Riba. Los resultados se acaban de dar a conocer en un artículo científico publicado en la revista Archaeological and Anthropological Sciences (Springer), en el marco de una tesis doctoral en proceso de elaboración.
La metodología utilizada para este estudio ha permitido documentar una excelente conservación del registro. Éste, formado básicamente por herramientas de piedra, no ha sido afectado negativamente por procesos postdeposicionales (fenómenos diversos con potencial erosivo, comunes en yacimientos paleolíticos). Así, a pesar de contar actualmente con una reducida superficie excavada (unos 8m2), se han podido distinguir varios momentos de ocupación y, dentro de ellos, identificar áreas de actividad. Estos resultados ponen de manifiesto la importancia de La Cansaladeta como yacimiento clave para entender el comportamiento de las poblaciones del valle del Francolí de hace 400.000 años. A su vez, se han obtenido datos consistentes para poder interpretar la variabilidad tecnológica y subsistencial en el ámbito de la península Ibérica en un momento crucial, el interglacial conocido como Estadio Isotópico 11 (o MIS11, que va de los 430.000 a 360.000 años antes del presente). Este período se caracteriza por la aparición de poblamiento humano en enclaves ecológicamente más diversos que en momentos anteriores, y por la emergencia de determinados elementos de orden subsistencial o comportamental (en términos de estrategias de caza, en cuestiones simbólicas o, por ejemplo, en el dominio del fuego) que nos conducirán hacia el mundo de las comunidades neandertales.
El estudio, que está disponible en acceso abierto, demuestra que el análisis de la distribución espacial de los restos arqueológicos puede aportar valiosa información incluso en yacimientos de dimensiones reducidas, siempre y cuando su registro esté muy bien conservado. Y este el caso del yacimiento de la Cansaladeta. Para llegar a esta conclusión, se han analizado las herramientas de piedra de los niveles E y J del yacimiento. Con una superficie excavada que no supera los 8 m2, estos conjuntos cuentan con 1.675 y 3.166 elementos respectivamente.
Con el estudio de los remontajes, es decir, de la reconstrucción de secuencias de talla a partir de piezas que encajan entre ellas, se ha analizado la distribución espacial tanto de estos elementos como del resto de los materiales recuperados. Esto se ha efectuado delimitando las concentraciones y cuantificando la densidad de restos mediante herramientas SIG (Sistemas de Información Geográfica). A continuación, los elementos de cada una de estas acumulaciones han sido caracterizados tecnológicamente (tipo de roca utilizada, partes de la cadena de fabricación representadas, características tipométricas...), por lo que se han podido reconocer correspondencias entre las diferentes concentraciones y estimar su posible contemporaneidad.
Cabe destacar que se han observado características diferentes en cuanto al tipo de remontajes y patrones espaciales entre los niveles E y J. En el nivel J, los remontajes documentan múltiples secuencias de retoque (modificación de una lasca mediante pequeñas extracciones, en este caso, para producir un borde dentado), y se han identificado múltiples áreas de concentración, aunque que no hay claras evidencias de que estén interconectadas entre ellas. Además, es un nivel que cuenta con algunos grandes instrumentos característicos de los conjuntos achelenses, en este caso tallados en corneana o esquisto. En el nivel E, ligeramente más reciente, los remontajes permiten documentar básicamente procesos de obtención de lascas, que se manifiestan en forma de secuencias prácticamente completas de talla sobre yunque de pequeños guijarros de cuarzo y cuarcita, acompañados de sistemas de talla sencillos, con plataformas alternantes, sobre sílex.
La escasez y la pobre conservación de los restos faunísticos en ambos niveles limita en cierto modo la interpretación de estas ocupaciones. No obstante, los resultados obtenidos nos ayudan a reconstruir la dinámica de las ocupaciones humanas que generaron el registro conservado, así como detalles del comportamiento y de las estrategias de subsistencia de los grupos que habitaron el estrecho de la Riba hace unos 400.000 años. Por lo que se ha podido averiguar, miembros de estas sociedades cazadoras y recolectoras visitaron periódicamente el abrigo de la Cansaladeta, e hicieron estancias relativamente cortas en él, probablemente aprovechando la situación del enclave en medio del estrecho de la Riba como punto de control de los movimientos estacionales de sus presas.
Esta investigación forma parte de la tesis doctoral que Görkem Cenk Yesilova está realizando en la URV y en el IPHES-CERCA, bajo la dirección de los Drs. Josep Maria Vergès y Andreu Ollé, ambos profesores asociados de esta universidad e investigadores de este centro. Su estudio forma parte del proyecto de investigación titulado "Evolución paleoambiental y poblamiento prehistórico en las cuencas de los ríos Francolí, Gaià, Siurana y arroyos del Camp de Tarragona", financiado por el Departamento de Cultura de la Generalitat de Catalunya. Este programa de remontajes se está aplicando también de forma intensiva en el resto de niveles (10 en total), ya que uno de los objetivos de dicha tesis es evaluar bien toda la secuencia de la Cansaladeta, y comparar los resultados con los obtenidos en conjuntos de cronología similar estudiados desde el IPHES-CERCA, como el de TD10 del yacimiento de Gran Dolina (Sierra de Atapuerca, Burgos), con una edad similar a la de la Cansaladeta, o en otros más antiguos de la misma cuenca del Francolí, como la Cala 1 del Barranc de la Boella (la Canonja, Tarragona), con una edad cercana al millón de años.
La Cansaladeta se ubica en el margen izquierdo del río Francolí, a su paso por el desfiladero de las Roxel·les. Se empezó a excavar en 1999, bajo la dirección de J. M. Vergès y A. Ollé. Este yacimiento representa una de las evidencias más antiguas de presencia humana en el Camp de Tarragona, y, de alguna manera, muestra la continuidad en el territorio de un poblamiento que tenemos por primera vez documentado en el Barranc de la Boella, donde se han registrado los elementos achelenses más antiguos de Europa, de alrededor de un millón de años de antigüedad.
Referencia bibliográfica (accesible en Open Access)
Yeşilova, G.C., Ollé, A., Vergès, J. M., 2021. Is a spatial investigation possible without long-distance refit /conjoin? Application to the MIS 11 lithic assemblage of levels E and J from La Cansaladeta site (Tarragona, Spain). Archaeological and Anthropological Sciences. https://doi.org/10.1007/s12520-021-01384-3.